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La montañista Alfa Karina Arrué se convirtió ayer en la primera salvadoreña que conquistó la cima del Monte Everest (8848.86 m), la montaña más alta del mundo.
Arrué llegó a la cima del Monte Everest este miércoles (jueves en Nepal), escribiendo así la página más grande y gloriosa del montañismo nacional, en su segundo intento pues el año pasado las duras condiciones del clima no le permitieron sobrepasar los 8,000 msnm.
Arrué contó con el respaldo económico por parte parte del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES) para alcanzar esta conquista.
Partió de El Salvador el pasado 30 de marzo y su ruta fue El Salvador-Miami-Doha-Nepa a donde llegó el 1 de abril. De ahí abordó un vuelo interno de Katmandú a Lukla y así inició su ascenso al campo base (5,364 msnm), al cual arribó el 11 de abril.
De ahí, la salvadoreña realizó una serie de entrenamientos en Khumbu y escaló la montaña Lobuche (6,000 msnm), dos simulacros de escalada que le sirvieron para adaptarse al clima y a la altura.
Luego, una vez su cuerpo se adaptó a esas condiciones extremas, Arrué realizó con éxito, del 25 de abril al 1 de mayo, su rotación desde el Campo Base a los campamentos 1, 2 y 3 del Monte Everest, con lo cual quedaba preparada para su desafío final: atacar la cumbre del Techo del Mundo.
El 7 de mayo, Arrué anunció que había iniciado el ascenso a la cima del Monte Everest y hoy, 5 días más tarde, se confirmó la noticia de que la salvadoreña consiguió un hito histórico para el montañismo de nuestro país.
Además de ser la primera persona salvadoreña en llegar a la cima del Monte Everest, Alfa Karina ingresó en el selecto grupo de montañistas centroamericanas que han logrado esa hazaña.
De esta forma, Arrué se convirtió en la tercera mujer centroamericana en hacer cumbre en el Everest, ya que hasta la fecha solo las guatemaltecas Andrea Cardona (al tercer intento) y Bárbara Padilla (al cuarto intento) lo habían conseguido.
Arrué nació el 22 de abril de 1976, es originaria de Santa Tecla y sus padres son Héctor Valle y Raquel Arrué de Valle. Es la mayor de tres hermanos y define su infancia como una etapa feliz.
Durante su niñez, Alfa Karina perteneció al movimiento scout y fue así como tuvo su primer contacto con las montañas. El ascenso a El Boquerón de San Salvador fue su primer paso.
Ya en la adolescencia, las actividades deportivas aumentaron, pues dedicaba aproximadamente cinco horas a realizar diversas actividades físicas, entre ellas: correr, jugar baloncesto y surfear, en lo que estuvo involucrada casi cuatro años.
Alfa Karina es abogada y notaria. Se graduó en 2002 de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Luego, en 2008, realizó una especialización en Desarrollo Local en la Universidad Pablo de Olavide, de España, a lo que se agrega una maestría en Derecho Constitucional y Derechos Humanos.
Actualmente trabaja de manera independiente dando consultorías sobre programas de apoyo a mujeres, programas de reinserción social y programas de arte.
¿Por qué subir el Everest?
Arrué se preparó durante más de seis años para escalar el Everest, su objetivo de subir la cumbre más alta del mundo.
El Monte Everest ha sido denominado como “El techo del cielo”, ya que con sus 8,849 metros sobre el nivel del mar es considerada la montaña más alta del mundo y pertenece al exclusivo listado “Las 14 ochomil”, en el que figuran todas las cumbres que miden más de ocho mil metros.
Hasta la fecha hay registro de que cinco salvadoreños ya lo intentaron: Camila Palomo, Connie Sol y Adriana Sol en 2018, mientras que Liss Nieto y Eduardo Nieto trataron en 2019, sin embargo, ellos solo lograron llegar al Campo Base Sur del Monte Everest (5,364 msnm) en Nepal, en donde se puede tener acceso haciendo trekking turístico, sin necesidad de un permiso de montañista profesional.
Es por ello que Arrué, en 2015 anunció que sería la primera salvadoreña en intentar subir a la cumbre del Monte Everest, para hacer historia e ingresar al selecto grupo de mujeres que han logrado llegar a la cima del Everest.
Para Arrué, el Everest se convertió en un reto personal que requirió de más de seis años de sacrificio, persistencia, mucho trabajo de acondicionamiento físico y mucha fortaleza mental.
En esa etapa de preparación Alfa Karina ha ascendido cumbres importantes de América, como: el Cerro Aconcagua, en Argentina (6,982 msnm), el Volcán Chimborazo, en Ecuador (6,268 msnm), el Nevado Pisco, en Perú (5,752 msnm). Además, ha subido en ocho ocasiones el Volcán Citlaltépetl, en México (5,650 msnm).
La primera vez
Alfa Karina Arrué intentó por primera vez subir a la cima del Monte Everest el año pasado; sin embargo, estuvo a 800 metros de lograr su objetivo, ya que alcanzó el campo cuatro del Collado Sur, a 8,063 msnm, pero estar a -46 grados centígrados y con vientos de 150 kilómetros por hora, la hicieron desistir y descender.
En esa ocasión, Arrué partió del país el 22 de marzo y se instaló en el campo base el 11 de abril. Desde ahí realizó dos ataques para convertirse en la primera persona salvadoreña en alcanzar la cima del Monte Everest.
En su primer intento, una tormenta atrapó a Alfa Karina a la mitad de una inmensa pared de hielo. “Nunca en mi vida había tenido miedo de morir. Hasta ese día. Viera qué terrible la tormenta. No miraba nada, solo la cuerda. Y si dejaba de moverme, iba a morir congelada”.
Como se dijo antes, Arrué estuvo cerca de completar su objetivo, pero las condiciones del clima se lo impidieron. “En 10-12 horas llegaba a la cumbre. He llorado tanto, pero Dios sabe lo mejor siempre”, reflexionó Arrué en esa ocasión.
Ahora, a diferencia del año pasado, Alfa Karina Arrué afrontó este reto con el respaldo total del INDES y esto, sumado a la experiencia adquirida el año pasado, dio como resultado final que logró su objetivo.
“Estoy emocionada, alegre, pidiéndole a Dios y a la montaña por esa ventana de buen clima que nos permita llegar a la cima. También me siento confiada, siento que todo ha fluido y ha sido de forma natural y nada ha sido forzado”, dijo Arrué antes de partir el 30 de marzo rumbo a Nepal.
Para esta travesía, INDES facilitó $60 mil dólares a la Federación Salvadoreña de Montañismo y Escalada para cubrir todos los gastos en los que incurriría la montañista en su travesía entre estos: equipo deportivo, comunicación, visa, seguro, boletos aéreos, alimentación, imprevistos, entre otros.
“Alfa Karina es un ejemplo para nuestra sociedad, un ejemplo de tenacidad, de superación para las mujeres salvadoreñas”, dijo Yamil Bukele, presidente ad honórem del INDES, al momento de anunciar el apoyo a la atleta.
Previo a su viaje, Arrué realizó una serie de entrenamientos para llegar en óptimas condiciones al reto que le espera en Nepal, ya que conoce a la perfección aquellos aspectos que debía fortalecer para poder coronar la cima del Everest.
De esa forma, la montañista realizó ascensos técnicos y escaladas en hilo en Bolivia y Ecuador; luego viajó a Chile para ascender el Volcán Ojos del Salado (el más alto del mundo), realizó los retos en Cerro el Brujo y el volcán Ilamatepec acá en El Salvador; en México y Chile trabajó la resistencia física, y culminó su preparación en Colombia trabajando la fuerza y resistencia.
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